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lunes, 22 de febrero de 2010

Así se hizo «El hombre y la Tierra»


A punto de cumplirse 30 años de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, su mano derecha, el gallego Fernando Rodríguez, desvela los entresijos de la serie.

Treinta años después de que Félix Rodríguez de la Fuente perdiera la vida en un accidente en Alaska cuando se disponía a filmar la carrera de trineos más famosa del mundo, el que fue su mano derecha y subdirector de El hombre y la Tierra , el biólogo y naturalista gallego Fernando L. Rodríguez, publica un volumen en el que sale al paso de las críticas vertidas contra el mítico divulgador y los métodos empleados para rodar una de las mejores series de la historia de la televisión en España.

«Este libro ha sido como una catarsis para mí, algo crujió en mi interior al recordar ciertos aspectos agridulces de aquella experiencia. Pero no hay revancha. Solo describo hechos con la ayuda de muchas personas y de mis cuadernos de campo», explica el biólogo tras la presentación de una obra por la que llegó a recibir ofertas en blanco de editoriales importantes. Así se hizo... El hombre y la Tierra (Naturaventur) se adentra en el cuartel general que tenía el equipo en la localidad de Pelegrina (Guadalajara), donde lobos, linces, tejones y rapaces nocturnas vivían en grandes extensiones cerradas con enormes cercados. «Allí yo preparé secuencias que luego fueron emblemáticas, como la del águila que caza al chivo, y por eso me sorprendió que el año pasado un guarda que lo único que hacía era procurar que no se llevaran los animales dijera que la secuencia la había preparado él. Por eso intento ser lo más exacto posible».

El término medio

Entre los detractores que criticaban el empleo de animales troquelados, acostumbrados a la presencia humana, y los que veían a Félix Rodríguez de la Fuente como un ángel de la guarda, Fernando Rodríguez busca el término medio. Ni lo uno ni lo otro. «A mí me avalaban mis conocimientos de biología y cine, y Félix poseía una memoria prodigiosa que le permitía retener cualquier información, la que contenían los informes que le proporcionábamos o la de los muchos libros que compraba -recuerda Rodríguez-. Él sentía pasión por la cetrería -más tarde se la transmitiría al hoy rey Juan Carlos- y siempre estaba pendiente de las plumas, los picos, las garras y el peso, que le permitían saber qué rapaz respondería mejor en la siguiente secuencia. Luego llegaron otros animales para el rodaje de los que no tenía muchos conocimientos...».

El libro, prologado por el productor de TVE Miguel María Delgado, dedica un capítulo a los lobos, bestias negras de la posguerra defendidos por De la Fuente hasta el punto de criar dos ejemplares. Fernando Rodríguez desvela los entresijos de los rodajes con estos animales. «Había que demostrarles quién mandaba. Entonces Félix me decía: "¡Fernandito, a la de tres!", metíamos los brazos entre las patas delanteras y traseras de los lobos más conflictivos y, con un tirón brusco, los elevábamos en el aire. Inmediatamente, aquellos animales se convertían en cachorros».
20/02/10- la voz de galicia

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