El pasado mes de octubre España fue denunciada ante instituciones europeas por la caza de la perdiz con reclamo, y a raíz de ello la Comisión Europea remitió una carta al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, recabando su atención sobre la transposición de la Directiva 79/409/CEE relativa a la conservación de aves silvestres.
En la denuncia, se afirmaba que, entre otras consideraciones, los estados miembros “velarán en particular por que las especies a las que se aplica la legislación de caza no sean cazadas durante la época de anidar ni durante los distintos estados de reproducción y de crianza”.
Según señala José Luis Garrido, director de Fedenca, en un brillante artículo publicado en el número de mayo de la revista ‘Federcaza’, en el escrito consideran que el reclamo se caza en nuestro país “siempre en el periodo de celo de la perdiz y en alguna de las fases de reproducción y crianza: ocupación continua del lugar del nido, parada nupcial, construcción del nido, apareamiento, puesta e incubación y crianza”.
Aunque está establecido que la reproducción y crianza de especies residentes comienza con la construcción del nido, ante la dificultad de reconocer este estado en el campo, el informe del Comité Ornis hace referencia a la puesta de la perdiz, y marca que cuando ésta se produce han transcurrido cuarenta días desde el inicio de la reproducción y crianza.
“Para que nos entendamos, podemos cazar perdices con reclamo, sin entrar en autorización por vía de excepcionalidad, hasta cuarenta días antes de la puesta” dice Garrido. La puesta de los huevos, señala el director de Fedenca, queda fijada por una amplia biografía de autores “poco sospechosos como Félix Rodríguez de la Fuente, Nadal, Calderón, Roldán, Duarte y Vargas”, para latitudes medias, “entre la segunda quincena de abril y el mes de mayo”.
Estas fechas quedan igualmente avaladas, dice José Luis Garrido, por un estudio que Fedenca encargó al Departamento de Producción Animal de la Universidad de Murcia, en el que se demuestra que los máximos niveles hormonales de estradiol y testosterona, que indican la salida de la perdiz en celo, se dan entre mayo y junio.
“Resumiendo, y tomando como fecha media del inicio de puesta el 25 de abril, podemos decir que el inicio de la reproducción, y por tanto la última fecha autorizando su caza, debe ser (40 días antes) hacia mediados de marzo”, y en ese baremo cada comunidad deberá adaptar sus periodos en función de su situación geográfica y de las condiciones de luminosidad y meterología de cada año.
Ante estos datos, José Luis Garrido sentencia en su texto que “la caza con reclamo de perdiz macho se produce en fechas anteriores a las del periodo de nidificación y crianza. Y si hay que ajustar más en fino en función de la temporada, por los cazadores responsables no va a quedar”.
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